jueves, 31 de julio de 2014

Anemia infantil en niños y bebés

La falta de hierro en la sangre es la principal causa de la anemia infantil.


Aproximadamente, un 50 por ciento de los niños menores de 3 años padece anemia infantil, una enfermedad que generalmente se trata con una dieta destinada a aumentar el consumo de alimentos ricos en hierro, como la carne, y a aumentar su absorción combinándola con frutas ricas en vitamina C, ya que para que el hierro se absorba mejor, necesita vitamina C en la misma digestión.
Los suplementos de hierro también están indicados, bajo supervisión médica, cuando la anemia no sea de caracter leve.

¿Qué es la anemia infantil?

Anemia infantil
La anemia infantil se caracteriza por una disminución del número de glóbulos rojos en la sangre, que son los encargados de trasladar el oxígeno a todos los órganos del cuerpo, gracias a la hemoglobina que contienen.
La hemoglobina es una proteína muy importante para nuestro organismo, pues es la encargada de transportar el oxígeno necesario para el buen funcionamiento de todos los tejidos y órganos de nuestro cuerpo.
Cuando la cifra o el contenido de la hemoglobina se presenta más bajo de lo esperado en un análisis de sangre, significa que el niño tiene anemia.
Su causa más frecuente es la falta de hierro, un mineral necesario para la formación de la hemoglobina de la sangre. Otra causa habitual suele ser la dificultad para absorberlo.
Algunas enfermedades también pueden causar anemia en los niños. La anemia infantil se reconoce por la palidez en el tono de la piel, el cansancio y la falta de energía en los niños. Es posible que el niño tenga también la boca o la lengua de un tono blanquecino.

Causas de la anemia en los niños

La anemia puede estar causada por distintos motivos:
1. La deficiencia de hierro es la principal causa de la anemia infantil. Una alimentación pobre en alimentos ricos en hierro puede provocar la anemia.
2. Una enfermedad parasitaria intestinal también puede provocar pérdidas de sangre, al consumida por los parásitos.

3. Algunas enfermedades o infecciones, como las infecciones urinarias, la tuberculosis, el paludismo, los tumores, la fiebre tifoidea y la leucemia, entre otras, pueden causar anemia.
4. Una ingestión de leche entera de vaca u otros animales en los menores de 1 año puede producir una pérdida de glóbulos rojos, lo que provocaría una salida periódica de glóbulos rojos hacia la luz intestinal y con el tiempo, anemia.

5. Una exposición diaria a la contaminación ambiental que producen las fábricas de pinturas, tintes, baterías y talleres de metalmecánica. Esas situaciones pueden llevar a una intoxicacion progresiva por plomo del organismo y ocasionar una anemia severa.

6. Algunos antibióticos pueden producir anemia cuando se usan por largos periodos de tiempo. Por esta razón, cuando el pediatra recete algún antibiótico al bebé, es importante seguir estrictamente sus instrucciones en cuanto a la dosis y al tiempo de duración del tratamiento.

7. La deficiencia en vitamina B12 también puede ser una causa de anemia.

La anemia y el cerebro de los niños

Las últimas investigaciones han revelado la estrecha relación existente entre las cifras de hemoglobina y el funcionamiento del cerebro de los niños.
El hierro es necesario para que se den las conexiones neuronales, así como para el funcionamiento de los neurotrasmisores (sustancias químicas que se encuentran en el cerebro y permiten la transmisión de la información y actividad eléctrica).

En el caso de los niños que padecen anemia esta alteración o deficiencia provoca bajo rendimiento intelectual, dificultades del aprendizaje, disminución en su desempeño cognitivo y, en consecuencia, fracaso escolar.
Por otra parte, los niños que tienen anemia se muestran menos afectuosos, menos adaptados al medio y presentan más trastornos de conducta.

jueves, 24 de julio de 2014

Alopecia. La caída del pelo de los niños

El niño tiene alopecia cuando tiene pérdida de cabello. Se habla de placa alopécica cuando es solo una región muy concreta del cabello la que carece de pelo.

El término alopecia define la disminución ó pérdida del pelo, localizada o generalizada, temporal ó definitiva de cualquier tipo u origen.
Para un entendimiento adecuado de las alopecias es necesario conocer que el crecimiento del pelo es cíclico, pasando por 3 etapas: 1ª etapa de crecimiento (anágena) que dura de 2 a 6 años, en la que el pelo crece 1 cm. cada mes.
Alopecia en los niños
Luego viene un periodo de reposo o catágeno que dura unas 3 semanas; y finalmente se alcanza la fase de caída o telógena (cayendo de forma imperceptible entre 80-100 cabellos/día.) que dura de 3 a 4 meses.

Las alopecias representan entre el 3% y el 8% de las primeras consultas en Dermatología. En Atención Primaria, el paciente más común es un hombre joven que consulta por alopecia androgenética (calvicie común).

Causas de caíada del cabello en los niños

En el niño tiene muchos orígenes: psíquico, maniático (se tira de los pelos), hongos (tiñas), cicatriz en la zona del cabello, etc.
Existen diversas clasificaciones de las alopecias, pero desde un punto de vista pronóstico vamos a distinguir dos tipos básicos: cicatriciales (por tanto irreversibles) y no cicatriciales (potencialmente reversibles).
En ambas se produce un desprendimiento del cabello a nivel del folículo, pero en el primer caso existe una destrucción de éste que lo hace irrecuperable y en el caso de las no cicatriciales el folículo no se destruye, sufre cambios funcionales que podrían ser recuperables.
La única excepción es la alopecia androgenética que, aunque no es cicatricial es lentamente progresiva e irrecuperable. En las alopecias cicatriciales se consigue pellizcar el cuero cabelludo a nivel de la placa de alopecia (debido a la atrofia folicular), sin embargo en las alopecias no cicatriciales es difícil pellizcar el cuero cabelludo pues persisten los folículos.

Tratamiento de la caída de pelo en los niños y niñas

El tratamiento de la alopecia debe ser llevado a cabo por un dermatólogo especializado.

miércoles, 16 de julio de 2014

Alergia. Niños alérgicos

La alergia es una respuesta inmune o reacción exagerada a sustancias que, generalmente, no son dañinas. La alergia está causada por un sistema inmune altamente sensible, que lleva a una respuesta inmune equivocada. Normalmente, el sistema inmune protege al cuerpo de sustancias nocivas como las bacterias y los virus. Una reacción alérgica se presenta cuando el sistema inmune reacciona ante determinadas sustancias (alérgenos), que normalmente son inofensivas, y que en la mayoría de las personas no producen una respuesta inmune.

La histamina y la alergia de los niños

La alergia y los niños
Cuando un niño tiene alergia, la primera exposicion a un alérgeno estimula al sistema inmune para reconocer la sustancia. Cualquier exposición posterior al alérgeno probablemente ocasionará síntomas. Cuando un alérgeno toma contacto con el organismo de una persona que tiene el sistema inmune sensibilizado, ciertas células liberan histamina y otras sustancias químicas. Esta liberación produce algunos síntomas como prurito, edema, producción de moco, espasmos musculares, urticaria, erupcion cutánea y otros síntomas.

Síntomas de alergia en niños

Los síntomas de la alergia pueden presentarse de forma más o menos intensa tanto en niños como en adultos. La mayoría de las personas padece síntomas leves, que no ponen en peligro la vida, mientras que otras presentan una reacción más intensa y peligrosa conocida como anafilaxia. La parte del cuerpo que entra en contacto directo con el alérgeno será, aunque sólo en parte, la que más se verá afectada por los síntomas. Por ejemplo, normalmente, los alérgenos que se inhalan producen congestion nasal, prurito en garganta y nariz, producción de moco, tos o sibilancias. Por lo general, las alergias a la comida pueden producir: dolor abdominal, cólicos, diarrea, náuseas, vómitos o reacciones graves potencialmente mortales. Frecuentemente, las alergias a las plantas producen erupción cutánea y, normalmente, las alergias a medicamentos comprometen todo el cuerpo.
Los síntomas de las alergias varían dependiendo del alérgeno que está causando la reacción y en qué zona del cuerpo ocurre. Los síntomas pueden incluir:
Goteo nasal. Mocosidad abundante con estornudos
Aumento del lagrimeo, sensación de fuego o prurito en los ojos. La sensación de picor o ardor en los ojos, produce un aumento de las lágrimas
Ojos rojos, conjuntivitis. La alergía se presenta con irritación ocular, que puede afectar a la conjuntiva.
Edemas en los ojos. La inflamación ocular es una consecuencia de la alergia.
Prurito en la nariz, boca, garganta, piel o en cualquier otra área. Las molestias afectan también a las vías respiratorias altas.
Sibilancias. Como consecuencia de la alergia, se puede desencadenar asma y por tanto pueden aparecer las sibilancias en los bronquios.
Tos. Suele ser una tos seca e improductiva como consecuencia del picor de garganta.
Dificultad para respirar. Suele dar en los casos de asma.
Urticaria (ronchas en la piel). Es más frecuente en las alergias producidas por alimentos.
Erupción cutánea. Conviene no rascarse y refrescar la zona con agua.
Cólicos estomacales. Son comunes en las alergias relacionadas con alimentos o medicamentos.
Vómito. En ocasiones, el malestar general puede provocarlo.
Diarrea. Aparece en casos de alergia alimentaria.
Dolor de cabeza. Está relacionado con la congestión, el goteo nasal, la tos, el lagrimeo ocular y otros síntomas que caracterizan a los procesos alérgicos.

Enfermedades relacionadas con la alergia

Algunas de las enfermedades relacionadas con las alergias se manifiestan a través de la piel o el sistema respiratorio. Entre las más comunes se encuentra el eczema cutáneo y el asma.
La razón de estas afecciones es que los alérgenos más comunes están presentes en algunos agentes ambientales que tienen contacto con la piel, las vías respiratorias o la superficie de los ojos como el polen, el moho, la caspa y el polvo. De igual manera, las reacciones alérgicas pueden estar causadas por picaduras de insectos, joyas, cosméticos y otras sustancias que tengan contacto con el cuerpo.
También son habituales las alergias que se producen por reacción a ciertos alimentos y/o medicamentos. Algunas personas pueden padecer un tipo de reacción alérgica a las temperaturas cálidas o frías, al sol o a otros estímulos físicos como la fricción (el roce o golpes fuertes en la piel) o el contacto con ciertos tejidos como es el caso de la dermatitis atópica y la dermatitis de contacto. Investigaciones recientes han hallado que factores como la herencia genética y las condiciones ambientales juegan un papel importante en el desarrollo de las alergias.

miércoles, 9 de julio de 2014

Aerofagia. Enfermedad infantil

La aerofagia es la ingesta de aire durante la comida que provoca eructos, gases y dolor abdominal. Los niños que padezcan estas molestias pueden eructar con frecuencia y quejarse de dolor en el vientre e incluso en la zona toracica.
Es frecuente que parezca una inflamación del abdomen y que el pequeño se sienta "hinchado" e incómodo. Muchos alimentos, como las legumbres y las verduras cruciferas tipo brocoli y colifror provocan la aparición de estos gases.

Causas de la aerofagia en los niños

Aerofagia en niños

Propio de bebés que comen con ansias o de los cólicos de lactante a consecuencia del llanto. En niños más mayores, también esta relacionado con el consumo de chicles, bebidas gaseosas y alimentos ricos en fibra.
Este acúmulo de gases en el estómago y los intestinos puede estar provocado también por malos hábitos en la mesa, comer demasiado rápido o hablar mientras se mastica.

Tratamiento de la aerofagia

Para ayudarles a eliminar el aire ingerido es útil darles golpecitos suaves en la espalda y, en caso de llanto por dolor abdominal, masajes en la barriga manteniéndolos en la posición de sentado.Existe medicación que reduce la producción de gases por bacterias a nivel intestinal pero su eficacia en niños es dudosa.  El tratamiento más eficaz sería prevenir la ingesta de aire mediante una buena técnica de alimentacion (no más de 10 minutos en cada pecho, colocación del bebé durante la toma en vertical ligeramente inclinado hacia atrás y hacia la izquierda, expulsión correcta de eructos, etc.